biografía de Joaquín Gallegos Lara

Joaquín Gallegos Lara


           
 Líder de una generación de escritores

Los protagonistas de sus obras son los montubios y cholos, reflejando la realidad social de la época en la que vivió 
Joaquín Gallegos Lara nació el 9 de abril de 1909 y murió el 16 de noviembre de 1947, a los 38 años de edad. Fue inscrito en el Registro Civil con el nombre de Joaquín José Enrique de las Mercedes Gallegos Lara, y según su partida de nacimiento actuaron como testigos el señor Pedro Váreles y Arnoldo Cabanilla. Fue hijo único del matrimonio formado por Joaquín Gallegos del Campo y Emma Lara Calderón. Su padre, escritor y político liberal, falleció en Machala el 20 de noviembre de 1910, cuando se desempeñaba como Secretario de la Gobernación de la provincia de El Oro. Vivió su infancia en los años en que se produce la Campaña Revolucionaria de Esmeraldas y Manabí, organizada y dirigida por el héroe liberal Carlos Concha Torres, durante el gobierno del General Leónidas Plaza Gutiérrez. Gallegos Lara fue un autodidacta y no acudió a escuela ni algún centro académico alguno en pos de formación intelectual, pues nació con una deformación física en sus extremidades inferiores, razón por la que se consagró desde su más temprana juventud a la lectura, logrando adquirir una sólida visión del movimiento cultural de su tiempo. Y sus primeros maestros fueron: Madama Tousard, anciana odontólogo que daba clases de francés a domicilio, y el doctor Caputti, profesor de italiano. Fue una personalidad multifacética. Se destacó en las filas de los avances del movimiento revolucionario de su época y brilló como escritor, luciendo su talento y su pluma en la poesía, el cuento, la novela, el relato, el periodismo, la pintura y la crítica cultural. A los 16 años empezó a publicar poesía y artículos de carácter sentimental. Sus primeros versos aparecieron en las revistas Literarias Variedades, Letras y números, Páginas Selectas y La Ilustración. Años después escribió poesía de contenido social y político como Poema a Miss Ecuador, dedicado a Sarita Chacón Zúñiga, primera Miss Ecuador del país. También redactó Bandera Roja, Film Ferroviario, Romance de la rural, que fueron publicados en El Telégrafo con nota de Abel Romeo Castillo. En 1930, siendo su coautor, publicó Los que se van, con el subtítulo Cuentos del cholo y del Montubio, en la editorial Zea Paladines de Guayaquil. Entonces tenía 21 años de edad y era el Jefe de una generación literaria llamada a ser piedra de escándalo por su índole realista y de denuncia. A partir de entonces, por su ciencia literaria, se convirtió en capitán de los nuevos escritores de su generación. Así consta en una antigua carta que enviara Gallegos Lara a Pedro Jorge Vera. Por las páginas de sus cuentos desfilan los montubios, el cholo, el negro y el mestizo. Ellos son protagonistas de un conflicto donde la violencia, la ternura y la leyenda se cruzan dentro del drama provocando secuencias de orden histórico y social.Lara traslada a sus cuentos el vocabulario del montubio, la fraseología chabacana y hasta un poco de jerga, sin perder por ello el nivel literario ni las excelencias del género. En los años 30, Gallegos Lara se presenta en las letras nacionales como un cerebro iluminado, avanzado y consciente desde el punto de vista político; el hombre que tenía el concepto más claro del quehacer literario y del rescate de la palabra del pueblo. Formó parte del Grupo de Guayaquil integrado por Enrique Gil Gilbert, Demetrio Aguilera Malta, José de la Cuadra y Alfredo Pareja. La obra escrita por estos autores se dio a conocer por varios países de América. En mayo de 1946, a los 5 años de escrita su novela Las cruces sobre el agua, con portada de Alfredo Palacio y 7 grabados de Eduardo Borja, impactó en el ambiente cultural y en el Partido Comunista del Ecuador, en la clase obrera y el pueblo en general. El proletariado guayaquileño sintió que en esa obra se reconocía su presencia y su papel en la vida social ecuatoriana. Es en esta novela donde aparece el escritor de genio reviviendo la Masacre de noviembre de 1922 y el fondo dramático de Guayaquil antiguo. En los primeros meses de 1947, Gallegos Lara se sintió gravemente enfermo como consecuencia de una fístula rebelde a varios tratamientos. Y parientes, médicos, camaradas y amigos trataron de curarlo. Lo llevaron a Lima para intentar salvarlo pero en esa ciudad lo desahuciaron. Falleció el domingo 16 de noviembre de 1947, a la una de la tarde, en su domicilio de Eloy Alfaro y Manabí. Su velatorio se efectuó en la Sociedad de Carpinteros, en la capilla ardiente que habían preparado los artistas Enrique Pacciani y Alfredo Palacios, y después se levantó otra en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas. Y así, el 17 de noviembre se cerró la tumba de Joaquín Gallegos Lara. A partir de entonces su figura iluminada ha permanecido en la memoria de las nuevas generaciones. ‘Joaco’ seguirá en la conciencia colectiva de las masas, del pueblo y del porvenir.

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